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Travesía por la Jacetania. Tercer día

Con los primeros rayos del sol nos levantamos y desayunamos nuestros colacaos con su pastelito. Empezamos a ver a los franceses salir de sus tiendas cuando tenemos recogida la tienda y preparadas las mochilas, que siguen pesando como demonios.


Primeras luces sobre Estanés

Lugar perfecto para realizar un vivac

Es hora de recoger

Momentos antes de equivocarme

Comenzamos la ruta en ascenso hacia el collado siguiendo el GR-11, una vez en el collado una valla marca la línea divisoria de las dos vertientes, es aquí donde nos equivocamos unos 500m que nos toca retroceder, y seguir entre rocas a la búsqueda del correcto sendero, que aparece unos metros más abajo, ya sin ningún lugar a equivoco continuaremos por el GR cruzándonos con un grupo numeroso de excursionistas que se dirigen hacia el Ibón. Nosotros en poco rato llegamos al llano de Aguas Tuertas, valle en el que el arroyo que lo cruza se retuerce, intentando evitar el discurrir de sus aguas que se precipitan en una sucesión de cascadas para salvar el fuerte desnivel que hay al finalizar el llano, junto al refugio.

Aguas tuerta al frente

Una llanura perfecta para el paseo con los niños

Aunque ya no estamos en primavera la sangre altera

Caprichosas formaciones geológicas esculpidas en la roca

Estos pasto dan de comer a numerosas vacas y caballos que en los meses estivales pastan a sus anchas viendo impasibles el discurrir de los senderistas que se aventuran a llegar hasta aquí.
Junto al refugio, lata de ventresca con su correspondiente trozo de pan duro, ya me dirás después de tres días, y trago de agua recogido de los arroyos que nos vamos encontrando, teniendo mucho cuidado del que elegimos, ya que la gran cantidad de ganado inhabilita numerosos arroyos para el consumo de agua.
Mochilas a la espalda, salvamos el desnivel que nos separa de la pista, aunque se puede hacer también por camino forestal, solo que das más vuelta. Ahora solo queda seguir la carretera de tierra cortada al tráfico un par de kilómetros más abajo.

Una larga y penosa pista nos separa del coche

Los gauchos argentinos con ganas de llegar al coche

Junto al parking nos refrescamos en el arroyo para continuar hasta llegar al coche en la selva de Oza. Numerosos coches junto al río nos advierten del calor que está haciendo, ya que vemos a sus dueños bañándose en las claras y frías aguas de su cauce, mientras nosotros cargados de nuestras pesadas mochilas tratamos de llegar al punto donde comenzó la aventura hace tres días.

El bosque de hayas nos libera del sol los últimos km

Que alegría ver de nuevo el coche, sobre todo por el bar anteriormente mencionado nos sirve unas cervezas bien frías y un combinado de huevos con jamón y chorizo, del que damos buena cuenta.


Y POR FIN EL ESPERADO HOMENAJE, GRACIAS IRENE
Para completar la travesía nos homenajeamos con una bonita noche en el hotel rural Uson que hay poco antes de entrar en la boca del Infierno.

Travesía por la Jacetania. Segundo día

La noche ha sido larga, sobre todo para Irene que no ha pegado ojo. Las vacas han venido durante la noche a rascar el lomo contra las paredes del refugio.



Pese a todo con la tontería comenzamos a desayunar a la 8 y media, viendo pasar a los primeros senderistas que se dirigen al Bisaurin y algún que otro pastor que va a ver su ganado.
Después del desayuno, un cola-cao y un pastelito, recogemos la tienda y cargamos las mochilas (joder como pesan) continuamos por el sendero marcado en dirección al collado del Foratón, antesala de lo que será la ascensión al Bisaurín.


En cosa de unas dos horas llegamos al mencionado collado, su pared vertical aconseja a Irene que se espere tranquilamente a sus faldas mientras yo intento coronar su cima. Me desprendo de la mochila, Irene se queda de jefa del campamento base a 2000 metros y yo con GPS en mano me lanzo a la conquista del Bisaurín. Un reguero de excursionista hace la ruta típica desde el refugio de Lizara. Cresteando por la ladera herbosa, me encuentro con un cuarteto montañero sorprendente un matrimonio del País Vasco con sus hijos de unos 7 y 10 años. Llego a una zona de piedra con fuerte pendiente para finalmente dar paso a la cresta muy amplia que me lleva a la cima del Bisaurín (2670m) máxima altura de nuestra travesía.

Desde aquí contemplo desde el Ori (Navarra) hasta las tres Soreres en Ordesa, pasando por el Midi d’Ossau.
Después de charlar con unos Navarros y hacerme la foto de rigor me lanzo en caída libre al reencuentro con Irene casi 700 metros más abajo.
Existe la posibilidad de cerrar una ruta circular por la cresta norte, pero eso es otra historia, yo bajo por la habitual.

De nuevo en el collado nos cargamos las mochilas y en bajada continua nos dirigimos al refugio de Lizara, más que refugio Hotel, ya que en su parking gran cantidad de coches e incluso autobuses.
Poco antes de llegar al refugio cogemos agua en una fuente, por la que deberíamos habernos desviado por evitar perder altura, pero por no mirar el plano casi llegamos al refugio de Lizara, para luego tener que volver a subir en busca del refugio libre de Ordelca, que existe sobre los 1700m.

Aquí aprovechamos para descansar y comer.
Hoy tenemos de menú salchichón aderezado de almendras Marconas y pan, de postre melocotón en almíbar. Después del descanso correspondiente continuamos bajo el sol justiciero del mediodía. Nos cruzamos con diversas personas unos vienen de nuestro destino el Ibon de Estanés, otros del pico de Bisaurín que están haciendo la ascensión circular. ¿Y a que no sabéis quien me encuentro? Pues a los montañeros de 7 y 10 años que han subido a sus padres al pico. Después de felicitarles por su proeza continuamos hacia el Ibón en ocasiones preguntamos a la gente con la que nos cruzamos y yo no se si es que somos muy lentos y ellos muy rápidos pero joder nos dicen unos tiempos que nosotros triplicamos.

Ya solo nos queda llegar al puerto de Vernera (2115m) desde el cual se abre el valle de los Sarrios lugar muy bonito que aprovechamos para descansar junto al arroyo que lo cruza, y yo de paso para refrescarme.


Cruzamos junto varios neveros y observando uno de ellos vemos algunos rebecos refrescándose tumbados sobre la nieve. Reanudamos la marcha llegando al Ibón de los Sarrios, sin agua, pasado este una fuerte bajada nos lleva a las inmediaciones del Ibón de Estanés, pero antes nos acercamos a una cascada cuyas aguas desaparecen en pequeños agujeros, que nos recuerdan al Forau de Aigualluts a los pies del Aneto.


Ya en el Ibón nos ponemos junto a unos franceses que van a hacer noche junto al lago, como nosotros.


Montamos la tienda en un llano herboso junto al agua y disponemos todos los utensilios de cocina para confeccionar el menú para la cena, esta noche de primero sopa de fideos, lentejas el Litoral de segundo y Piña en almíbar de postre, solo nos falta el café. Tumbados junto la tienda contemplando el cielo esperamos que los últimos rayos de sol se oculten entre las montañas, esperando la llegada de las estrellas, para ver si somos buenos astrónomos. Es muy bonito hacer vivac pero se está mejor dentro de la tienda. Metemos los sacos y descansamos la última noche en plena montaña.












Travesia por la Jacetania. Primer día

Después de darle muchas vueltas a la cabeza, que si nos vamos, que si no nos vamos, que si nos vamos con los chiquillos, la cordura prevalece y elegimos la opción de travesía extrema sin chiquillos ¡en que berenjenales te meto Irene!
Salimos de Sagunto, dirección valle de Echo, después de trabajar por la noche, por aprovechar el día, conduce Irene, mientras, yo con la almohada de Neus intento dormir algo. A la hora y media, Irene esta que se soba, conclusión me toca conducir a mí.
Almorzamos en Ayerbe, cerca del pirineo y sobre las 12 llegamos a la selva de Oza, lugar desde el cual comenzamos la ruta que nos llevara por la comarca de la Jacetania durante tres días.
La Jacetania es la comarca más noroccidental de Aragón, limitando con Francia y Navarra. Es una comarca natural, articulada por el rio Aragón y sus afluentes, en la cual se gestó el primitivo condado y posterior reino de Aragón. Los hechos históricos que tuvieron lugar en los valles generaron un importante patrimonio histórico-cultural y hoy constituyen, junto a la naturaleza, el principal emblema de la comarca. La importancia de los procesos históricos que se desarrollaron en nuestra comarca superaron el ámbito puramente comarcal; de hecho, no sólo la Comunidad Autónoma, también la histórica Corona de Aragón, tomaron el nombre de Aragón en memoria de la función de cuna que para ambos desempeñaron estos valles


Primer día de travesía. Selva de Oza - Refugio Dios Te Salve.

Inicio de la travesía a los pies del Castillo de Acher

El inicio de la ruta es en la selva de Oza, a los pies del castillo de Acher, una de las cimas que queríamos conquistar pero que se quedara para otro momento. Junto al campamento de San Juan de Dios, existe un bar del que daremos buena cuenta cuando volvamos dentro de tres días.
La ruta nos lleva por la margen izquierda del río Aragón Subordán bajo la sombra de las hayas en un continuo sube y baja.


Siguiendo inicialmente el sendero PR-HU21 hasta que este cruza la carretera que une el pueblo de Echo con la Selva de Oza, donde cambiando al margen derecho del río, recorremos a partir de ahora la antigua calzada romana que servia para unir Benearnum (Béarn, Francia) con Caesaraugusta (Zaragoza), por ella pasaban las legiones romanas y carruajes.Entrando por el Puerto del Palo, desciende por las Foyas y Guarrinza, pasando por la Boca del Infierno (el tramo mejor conservado), hasta el Valle de Echo, siguiendo el curso del Aragón Subordán hasta Puente la Reina.

Torre defensiva de la calzada romana

Pasamos junto a la torre de defensa que controlaba el transito de personas y mercancías y desde aquí en descenso alcanzaremos de nuevo la carretera cogiendo el GR-11.1 que tratándose de una variante de la transpirenaica, nos lleva al refugio de Gabardito, después de una fuerte subida. Aquí una cerveza bien fresca y merecida nos espera.

Ahora la subida hacia Gabardito


Ánimo Irene ya queda menos

Refugio guardado de Gabardito

Como todavía hay luz decidimos seguir avanzando (no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy) hasta alcanzar el refugio libre de Dios Te Salve, ubicado bajo la atenta mirada del Bisaurín entre prados que sirven de alimento a una gran cantidad de vacas que pastan a sus anchas.

Refugio libre de Dios Te Salve

Como tampoco queremos estar tan cerca de las vacas montamos la tienda dentro del refugio, la tarde es perfecta, el sol en sus últimas horas del día esta bajo y crea unas sombras alargadas sobre el prado. Preparamos el menú, para la cena que consiste en un plato de espagueti al queso.
Después de todo el palizón no estamos para ver muchas estrellas, así que apenas se esconde el sol, nosotros al saco, que mañana será un día duro.